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    jueves, 29 de junio de 2017

    Anemia ferropénica y deporte: la anemia del corredor

    Llama la atención como a veces personas que van a donar sangre se encuentran con que no pueden hacerlo por tener el nivel de hemoglobina demasiado bajo. La mayoría se llevan una sorpresa porque nunca habían sospechado tener anemia, por suerte no suele motivo de preocupación. Indagando un poco en las actividades que ha hecho el frustrado donante durante los últimos días pronto los resultados de la hemoglobina encuentran una explicación convincente.

    Y es que en no pocos casos se descubre que la persona practica algún deporte aeróbico (atletismo, natación, triatlón…) o bien han participado recientemente en una prueba deportiva popular, como el Gran trail de Peñalara (donde unos valientes corren 80 e incluso 110 km subiendo y bajando montañas). En estos casos la bajada de la hemoglobina se debe a un fenómeno llamado anemia del deportista o del corredor y no a una verdadera falta de hierro. Como supongo que sabréis la hemoglobina es una proteína que se encuentra en los eritrocitos y se une al oxígeno para facilitar su transporte hasta los tejidos. La bajada de hemoglobina en la anemia del corredor está causada por la destrucción de eritrocitos. Una destrucción eritrocitaria originada por:

    • El aumento de la temperatura corporal durante el ejercicio prolongado. Las membranas de los eritrocitos soportan mal el calor.
    • Los choques entre eritrocitos. La práctica del deporte provoca un aumento en la frecuencia cardiaca (aumenta la velocidad de circulación sanguínea). Como la sangre va más deprisa, los eritrocitos chocan más a menudo y con más violencia, destruyéndose.
    • La compresión de los capilares de las plantas de los pies que se produce durante una carrera o una buena caminata. En esa zona los eritrocitos son literalmente aplastados hasta estallar.
    • Además, algunos estudios señalan que el aumento de los niveles de adrenalina y el estrés que produce el ejercicio afectan a la membrana del eritrocito, que se vuelve más frágil y se rompe con mayor facilidad.

    Este tipo de anemia es pasajera y se asocia a una práctica de deporte poco juiciosa. No hay motivo para la alarma; las enfermeras de los centros de hemoterapia no suelen darle mucha importancia y simplemente aconsejan que la persona practique deporte con moderación y vuelva a intentar donar sangre en un par de semanas, cuando la hemoglobina habrá vuelto a sus niveles normales. Si no es así es cuando podría pensarse en una verdadera anemia.

    Por lo tanto, te recomendamos hacer deporte (sin excesos). Si no estás convencido, descubre en que nos beneficia el deporte.

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